Las cadenas de tu música que suenan cual tormenta.
Son las que me atan al mar de tus ojos,
aquel... que es infinito.
Y es que aquélla gran tormenta que impide escuchar infinitamente nuestra música
es la que rompe el silencio de nuestra soledad al sabernos lejos...
soledad que tan extrañamente llena de ilusión la espera.
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